LOS CONTRATOS SE RESPETAN, LAS ESTAFAS NO

Gloria Montenegro Figueroa
Directora Nacional de Alianza Para el Progreso

Nadie duda, que la inversión privada es uno de los factores más importantes para el crecimiento económico y desarrollo de un país. Además que la estabilidad jurídica y política son necesarias para las decisiones de inversión privada. Después de esta base, los inversionistas analizan el tamaño y diversidad de mercados, factor que influye en su rentabilidad; y obviamente la existencia de financiamiento. Estos dos factores son fundamentales en la teoría de la demanda de inversión tanto la dirigida a la producción para el mercado externo y la dirigida al mercado interno. La primera, que en nuestro país es básicamente extranjera, no tiene problemas de financiamiento y su rentabilidad está asegurada, la segunda es más importante y tiene problemas de mercado, de tecnología y de financiamiento pero a este gobierno neoliberal no le interesa atender.

No olvidemos que, con la inversión privada, está el esfuerzo de los trabajadores que aumentan la producción y productividad, debiera estar además la investigación científica como valor colectivo que logra mayor efecto en la rentabilidad generando nuevos productos y promueve la innovación y creatividad; están la cohesión social, los valores de honestidad, transparencia y confianza que permiten buenas transacciones y sobretodo debe estar el estado con políticas macro que velen por nuestro patrimonio y nuestra gente.

Durante los últimos años hay sectores realmente privilegiados (agroindustria, comunicaciones, construcción etc.) y el que más destaca es sin duda el sector de energía y minas donde las ganancias han superado cualquier sueño americano a costa de la población más pobre donde las pesadillas no cesan. Al cierre de 2007 el fisco dejo de recaudar 1,200 millones de soles (por utilidades reinvertidas exoneradas del 30% del impuesto a la renta). Estos contratos de estabilidad jurídica también han impedido que las principales mineras dejen de pagar las Regalías, minas como Yanacocha, Barrick, Antamina, o Cerro Verde, no las pagan. El Grupo Propuesta Ciudadana (GPC) calcula que el Estado dejó de percibir S/. 600 millones por regalías. Hasta aquí un promedio de 1,800 millones de soles que bien podían servir al sector salud, educación, infraestructura vial, agua y desagüe etc.

Si Alan García incumplió sus promesas electorales de revisar los contratos con estabilidad jurídica de las transnacionales y establecer un impuesto a las sobre ganancias no es nada comparado con los casos de explotación del gas y del petróleo. Los PETROAUDIOS muestran no solo los altos niveles de corrupción encabezada por los gobernantes de turno, sino la incapacidad de hacer justicia para los peruanos, contratos que son verdaderas estafas y que permiten la sobre explotación y transferencia de nuestros recursos (agotables) sin beneficios equitativos para los peruanos. PETROTECH es un escándalo y una vergüenza para quienes nos representan. Me pregunto PerúPetro, PetroPerú, Osinergmin, Contraloría General de la República, Dirección General de Hidrocarburos ¿Son peruanos?,.. ¿y los congresistas?

Alan García debe recordar que la inversión extranjera es solo un porcentaje del total de inversiones en el Perú: la inversión nacional es también importante, y debe priorizar las obras en infraestructura que favorezca a los pequeños productores y agricultores, porque de ella depende la mayor parte de la PEA nacional, porque en su desarrollo están las posibilidades de descentralizar el país y hacerlo más equitativo y productivo.

Alan García debe autocriticar la incapacidad del gasto desde el gobierno central, los ministerios y el congreso y promover un cambio no en el SNIP, que es una medida para la seguridad y transparencia en las obras públicas, sino la inversión en la capacitación de cuadros técnicos, el fortalecimiento de capacidades y actualización de los gerentes y trabajadores en todos los niveles pero sobre todo en generar mecanismos para la transparencia, rendición de cuentas y la vigilancia ciudadana.